¡Qué hermosa sucesión de momentos únicos de ese mayo primaveral nos ofreces, querido amigo! Tan claros, como esa mañana; tan vívidos, como cada sitio en donde la mirada encuentra en la palabra otra mirada... Gracias por compartir, por esa sensibilidad que te carateriza.
La verdad es que no caminaba ensimismado, ni mucho menos. No devolví el saludo no sé por qué. ¿Timidez? ¿desconfianza? ¿inseguridad?... una mezcla de todo ello quizá. Cuando llegué al mar me sentí mal. Esa sensación espesa de no haber hecho lo que debes.... y sin saber por qué. A veces aún para nosotros mismos somos un misterio. A veces ni siquiera para nosotros mismos somos amables.
Donde vivo, la gente mayor saluda al pasar. Cuando tenía mí perro, mientras paseaba en el campo y por mi barrio, me acostumbré a por lo menos devolver ese gesto aunque sea con la cabeza, o con las manos. Y eso que no los conocía de nada.... entiendo tu sentimiento.
Geacias por tus sugerencias en mi blog, en un rato las modificare.
¡Qué hermosa sucesión de momentos únicos de ese mayo primaveral nos ofreces, querido amigo!
ResponderEliminarTan claros, como esa mañana; tan vívidos, como cada sitio en donde la mirada encuentra en la palabra otra mirada...
Gracias por compartir, por esa sensibilidad que te carateriza.
Un abrazo desde mi otoño.
Perdón, quise decir "que te caracteriza". Errar sigue siendo humano, jejeje...
ResponderEliminarOtro abrazo.
centrado en tus pensamientos?
ResponderEliminary es que ese mar......
saludos
Una delicia como siempre perderse entre tus haikus compañero. Gracias.
ResponderEliminarBesos.
¡¡¡En qué andarías fijándote!!! un buen haiku de asuntos humanos.
ResponderEliminarGracias.
-^-
Muchas gracias, sois muy muy amables.
ResponderEliminarLa verdad es que no caminaba ensimismado, ni mucho menos. No devolví el saludo no sé por qué. ¿Timidez? ¿desconfianza? ¿inseguridad?... una mezcla de todo ello quizá.
Cuando llegué al mar me sentí mal. Esa sensación espesa de no haber hecho lo que debes.... y sin saber por qué.
A veces aún para nosotros mismos somos un misterio. A veces ni siquiera para nosotros mismos somos amables.
En fin. Gracias de nuevo compañeros.
Donde vivo, la gente mayor saluda al pasar. Cuando tenía mí perro, mientras paseaba en el campo y por mi barrio, me acostumbré a por lo menos devolver ese gesto aunque sea con la cabeza, o con las manos. Y eso que no los conocía de nada.... entiendo tu sentimiento.
ResponderEliminarGeacias por tus sugerencias en mi blog, en un rato las modificare.
Gracias Maestro.
Abrazos
Es un placer, ya lo sabes. Y de maestro na de na :D
ResponderEliminarUn abrazo