·

さて、どちらへ行かう風がふく

bien... ¿a dónde ir...?
...el viento
sopla...


31 octubre 2007

¿Quién estará allí?

Anoche, estando en casa, pensé en ir a cenar a un restaurante. Un restaurante pequeño. Durante muchos años he ido allí, a ese local, con sus platos sencillos y deliciosos. Pero para mi sorpresa no lograba encontrarlo. Anoche había otro establecimiento diferente, en el mismo lugar. Allí me dijeron que el restaurante se había trasladado. Había desaparecido, tan rápidamente… Yo cené allí hace sólo unas pocas semanas…

Cuando nos acostumbramos a tener algo, como un amigo que encuentras en la vida, un restaurante donde comes siempre, una planta que crece en tu escritorio..... parece que seguirán allí, allí para siempre, sin cambios. Corres ocupado con tu trabajo, tu vida, tus nuevos amigos, tus nuevas plantas… Y entonces, un día cualquiera, cuando piensas en ellos, te vuelves de nuevo para verlos, y entonces encuentras que todo ha desaparecido. Se fue. Incluso no puedes creer que se haya ido así, tan rápido, pero sí, lo has perdido de verdad.

Ese es el por qué te estoy escribiendo. También me parece que he estado con muchas ocupaciones, con mi vida, sin contactar mucho contigo, pero pienso en ti como la planta que crece en mi ventana, que espero que siempre esté allí. Que siempre que vuelva la mirada, todavía esté allí.


P.D. Leí una frase en mi agenda el fin de semana pasado, no recuerdo cuándo y por qué escribí eso allí, pero aún me conmueve:
“¿Quién se detendrá bajo mi ventana y leerá un trozo de poema cuando el sol se ponga?”







¿Dónde están las flores que ayer contemplaba?
Esa primavera que me sonreía para siempre.
Vuelvo la vista atrás pero no está. Lo sé.

¿Cuántas veces volveré a ver la luna llena?
Quizá baste levantar mis ojos una vez más.
Pero están contadas, lo sé.

Quizá mi alma se desliza como una flor caída
sobre la corriente que nunca descansa.
Quizá mi corazón insiste en mirar atrás
pero el viento corre y corre, y no cesa…

Aquí está ya el atardecer
y por un instante noche y día se hacen uno
Yo debo seguir el camino, no se detiene el tiempo. Lo sé.

Y entonces, un día, volví la mirada… y allí estabas tú.