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さて、どちらへ行かう風がふく

bien... ¿a dónde ir...?
...el viento
sopla...


17 julio 2010

雪見障子 yukimishôji


Se llaman Shigeru y Nobuko. Y la viga gorda que sujeta toda la casa, o casi, se llama tokobashira. Me lo dijeron ellos. Es su casa y es su viga. Y yo su invitado.
Los años que tiene esta casa se me escapan, como los que tienen ellos. Casa y dueños forman un todo que me sorprende y me acoge.
Tokobashira, espero haberlo apuntado bien. La columna más grande de la casa fabricada en olmo, keyaki en japonés. ¿Por qué en olmo? No lo sé pero qué bien suena keyaki.

Keyaki, keyaki…. Me siento bien bajo este techo sostenido por una palabra tan hermosa.


Qué plácida es la noche aquí, entre esta gente amable que habla de maderas antiguas y pinturas con tinta.
Qué orgulloso Shigeru cuando nos muestra su katana corta “wakizashi” con la empuñadura de piel de tiburón. Toco su aspereza que viene de un mundo tan exótico en todos los sentidos… Deslizo mis dedos una y otra vez sobre esa piel antigua y salvaje que sostiene el acero. Shigeru sonríe.

Minô Kanetomo la fabricó. Sí. Lo pone en un cuadro colgado justo sobre el shôji. Esta wakizashi tiene pedigrí, como mi gato. Sabe de dónde viene, no sé si a dónde va. Yo no sé una cosa ni otra, y cuando miro atrás me mareo. No puedo dejar de mirar el acero brillante, la funda de seda decorada con filigranas plateadas. La sonrisa orgullosa del viejo Shigeru.

-Shigeru sama wa samurai mitai!*- Bromeo. Ríe. Reímos.

En mi cuaderno de notas estampa su hanko**. Es en negativo. Fondo rojo y kanji blanco. En realidad vacío sobre la blancura del papel.

Apuro mi té. De rodillas sobre el tatami cierro el cuaderno. Buenas noches. Buenas noches keyaki sama***.



la noche huele…
basta extender el brazo
para tocar el tatami



Yukimishôji. Así se llama la ventana cuadrada que se abre, o no, en el shôji**** a ras de suelo. Literalmente “contemplar la nieve desde el shôji”.
Me lo dijeron ellos, mis anfitriones, por la mañana.
Arrodillado sobre el suelo contemplo el jardín sin nieve que primorosamente cuida Shigeru. Arces, ciruelos, pinos, flores, musgo, rocas, guijarros, agua, aire…

No cesa el viento y las nubes parecen una sola, gris, inmóvil, a lo largo y ancho del mundo entero, del cuadrado del yukimishôji.

Un herrerillo revolotea un instante entre el musgo, los arces, las flores. Y desaparece.
Adiós. Adiós Shigeru. Adiós Nobuko. Adiós. Hasta la vista.



comienza a llover,
y en el fondo del bolsillo
un guijarro gris


Días después. Cuando el tren bala que me llevaba a Kyoto se deslizaba sobre los campos de arroz pude por fin contemplar la nieve.
A través de su ventana.
La nieve. Sólo la nieve. Sólo la nieve que cae. Sólo la nieve que soy. Que soy…
Lo que tan sólo brilla un instante mientras comienza ya a derretirse.

Japón, Japón… Japón es agua, Japón flota sobre arrozales inundados.
Este lugar nuevo hace nueva mi mirada. Soy un privilegiado. Por estar vivo y darme cuenta. Por estar aquí y ahora.
En este mundo que siempre es nuevo. Donde siempre acabo de nacer.

Y en mi cuaderno el hanko de Shigeru. Un nombre que es un vacío, blanco, sobre fondo rojo.


sólo nieva,
contemplando la tierra
que se hace agua















* “El señor Shigeru parece un samurai!”
** Hanko, (o inkan). Sello personal con la firma del dueño usualmente en kanji.
*** -sama. Siempre a continuación de un nombre: señor, señora. Tratamiento muy respetuoso.
**** Shôji. Puertas correderas, normalmente de papel con bastidor de madera, típicas de las casas japonesas.