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さて、どちらへ行かう風がふく

bien... ¿a dónde ir...?
...el viento
sopla...


24 junio 2014

En el vago sentido de vago




Siempre sospeché que aquello de descender del mono no iba conmigo. No. Demasiada bullanga, vocería y trapatiesta. Demasiada monería. 

Si de descender se trata me declaro descendiente del perezoso. Descendiente del que no acaba de descender.

Perezoso y vago. En el amplio y vago sentido de la palabra.

Un algo que ni asciende ni desciende, ahí medio colgado, indefinido y amplio como una bromelia transparente.


Impreciso, indeterminado, vagando sin vagar entre un atardecer y otro. Contemplando el ritmo verde de las horas, el imperceptible deshacerse de la luz derramada sobre el mundo.


Contemplando el silencio que sostiene el aire. Atravesado por la quietud de la que cuelgan todas las cosas.

Solo así, solo así...





 Fotografía: internet



20 junio 2014

Todo el tiempo del mundo



Vaya vídeo… media mañana mirando cómo trabaja la avispa esta regordeta y solo soy capaz de hacer esto…

Mal repartido está el mundo. Ella por ahí, yendo y viniendo, de tejado en tejado, de brisa en brisa, trabajando en su nido con la exactitud y precisión que da todo el tiempo del mundo, sin pensar, sin ni siquiera pretender nada. 

Yo… bueno, yo aquí, contemplando su genealogía de aire, todo ese tiempo que a ella la hizo criatura sin tiempo, exacta y precisa, ligera y regordeta. 


Yo… haciendo vídeos chapuceros… Qué mal repartido está el mundo sí. Yo sí pretendo, ya lo creo. Y sí pienso, demasiado demasiadas veces. Y luego me sale el mundo desenfocado y chapucero…


La avispa da una vuelta en torno a mí y se posa bajo la teja con algo entre las patas. Pelusa de los sauces quizá. ¿De dónde la traerá? No debe estar lejos, tarda exactamente un minuto y pocos segundos en volver con su diminuta carga. Sí, lo he contado. 


Da gusto verla… ajena a todo salvo a lo que hace. Ajena a mí. Manejando sus patucas de colores sobre la nubecilla de pelusa. Incansable y ligera. Elegante. Por un momento imagino que siguiera y siguiera rellenando tejas con las pelusas de árboles desconocidos para mí. Que todo el tejado de mi buhardilla escondiese nubes bajo sus tejas. Imagino por un momento que nosotros habitásemos ese mundo blanco, ligero y elegante, con la exactitud y precisión de quien va y viene sobre la brisa sin más pretensión que contemplar todas estas cosas.


No desfallezcas por favor amiga mía, no me dejes solo, ajeno a mí mismo. No desfallezcas… tenemos todo el tiempo del mundo…




11 junio 2014

"Haïkus d'enfant et de rainette" y "Compost de Haïkus"





 Desde Francia he recibido un regalazo. Libros de haiku, dedicatorias, una revista, una carta... y cariño... Así da gusto.




 


"Haïkus d'enfant et de rainette" de Gilles Brulet y primorosamente ilustrado por Chiaki Miyamoto. Maravillosa edición bilingüe francés-japonés. Y además dedicado pot Chiaki. Arigatô gozaimasu Chiaki san!!

"Compost de Haïkus" escrito e ilustrado por Isabel Asúnsolo. Una pequeña joya en torno a la vida de un jardín, que además conozco personalmente como ella muy amable me recuerda en la dedicatoria, a lo largo de un año. Bilingüe francés-español.

Y además la revista literaria "Les ateliers d'expressions" con un artículo en el que se comenta uno de mis haikus.

merci merci, merci beaucoup

































07 junio 2014

Haiku y shakuhachi

Qué bien suena el shakuhachi. A niebla, a montaña y arrozal, a viento, a Japón. Es a la música lo que el haiku a la palabra. Ribeteando el silencio.
Y los haiku de nuestro Puente de Piedra como pequeños guijarros lanzados al estanque.




Ser solo viento. Puede asistir una vez a una clase de shakuhachi en Nagasaki, en la casa de un reputado maestro que tenía solo un puñado de alumnos casi tan veteranos como él. Si alguna vez he escuchado de verdad el viento, el sereno viento del ser y su quietud, fue esa.

El viento sopla donde quiere, oyes su sonido, más ni sabes de dónde viene ni a dónde va; así es todo aquel que nació del espíritu.







02 junio 2014

De monarcas y abdicaciones




La única monarca que se sostiene ligera sobre los dedos de una mano. La mejor preparada, la más humilde. 
Con la belleza de quien no pretende ser otra cosa que sí misma. Sin pretensión alguna. Con la elegancia cristalina de lo cotidiano.
Ligera, apenas nada, libertad inasequible al desaliento.
Abdicando de la tierra y sus pesadas palabras de tierra.
Monarca del aire y el silencio.





Fotografía: internet