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さて、どちらへ行かう風がふく

bien... ¿a dónde ir...?
...el viento
sopla...


27 enero 2009

El pescador VII

mfl3El pescador es como el poeta. Para quien el tiempo no se mide en horas y minutos, ni siquiera se mide. Y no se mide hijo porque lo más importante de la vida no se puede medir ni en tiempo ni en dinero, porque es siempre gratis. Te regalaron la vida, la naturaleza te regala momentos mágicamente bellos como este y el amor hijo, también te lo regalarán.

Sí hijo, deja a los demás que miren los relojes. Sé como el poeta, que no le importa el tiempo ni ninguna otra cosa cuando va en pos de la belleza. Quizá tenga que esperar meses, años, o la vida entera buscando ese verso, esa palabra resplandeciente, única, que necesita para completar el mundo y a sí mismo.

El poeta es como el pescador. Lanza la caña al río proceloso de la vida con la esperanza de que la belleza se materialice y se haga visible. Porque la belleza, hijo, necesita de nuestra invocación para que se manifieste en el mundo. Está ahí, al otro lado del espejo que nos devuelve siempre la imagen de nosotros mismos y de nuestro mundo. La belleza palpita a nuestro alrededor, bajo la superficie del agua, esperando ser descubierta por la mirada adecuada y atenta, aguardando el sedal que la lleve a la superficie.

Para el poeta las palabras son más que palabras, encierran todo el misterio de la creación del mundo. Para el pescador el río es mucho más que un curso de agua, es el lugar sagrado donde llevar a cabo la comunión con la naturaleza y el rito del descubrimiento de sí mismo.

Mira las efímeras revolotear sobre el agua. Se llaman así porque tras varios años de estado larval bajo la superficie del agua, surgen al aire como adultas destinadas a vivir tan sólo un día. Como para el poeta y el pescador, el tiempo no cuenta para ellas, y la vida es más que el curso de las horas. Imagina la emoción de contemplar un único amanecer y un solo crepúsculo, de ver y hacer las cosas siempre por primera vez. Y única.

Intenta ser siempre como la efímera. Déjate maravillar por el mundo y todas sus criaturas como si lo contemplaras todo por primera vez. Llénate de gozo con cada amanecer y abandónate al hechizo de todos los atardeceres.

Siente. Siente intensamente cada momento jubiloso como si fuera el último vuelo de la efímera.
Siente. Pues cuanto más sientes más eres. Permanece siempre atento, cuando menos lo esperes surgirá el prodigio enganchado en el extremo de tu sedal. No pierdas la esperanza nunca.


2 comentarios:

  1. ¿cuántos "El pescador" hay? quizá te dé para un libro...

    buenas tus palabras, como siempre.


    saludos.

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  2. ¡Secundo la moción! Que lluevan palabras y más palabras sobre el blanco papel. Un libro, dos libros... diez libros... No creo que me pueda cansar de leerte.

    Me reitero, me repito, soy un disco rayado:

    Un don es algo serio amigo; es un deber para con el universo... A ver si un día de estos da la piedra en la cabeza :oP

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