Emotivo y delicado tu haiku, querido momiji. Con todo lo que sugieren y significan tales ofrendas. ¡Ojalá la buena voluntad de todos los hombres pudiera juntarse como ese humo...! En silencio y en paz, como ese humo...
Muchas gracias Juan Carlos. Hermosas palabras las tuyas. Ojalá ojalá, no creo que que sean tan diferentes al fin y al cabo las ofrendas, las plegarias, las penas o los deseos de los hombres. El mismo silencio, la misma paz, anhela nuestra corazón. El de todos nosotros. El mismo humo...
Qué bonito... Los tres versos dispuestos con la forma de algo que asciende al infinito y en el aire la unión, la comunión de las ofrendas procurando el encuentro con la divinidad. El silencio del humo lleva las palabras, la gratitud, los deseos y la esperanza de tantos corazones... _/\_ Sólo un espíritu sereno, vacío de ambiciones puede transmitir con tal simpleza lo que sus pares dicen en silencio. Besos y abrazo apretadito...
Y qué bonito bonito tu comentario Mirta. Un muy bello aporte. Algo asciende sí, algo que no sé cómo definir o ni siquiera señalar... En ese olor, en ese humo... algo hay que une nuestro corazón con eso que habita más allá de nosotros mismos, algo que se funde sobre los tejados del templo, camino del cielo, directo a la nada y el silencio.
Muchísimas gracias Mirta, ese abrazo apretadito :D
Hasta sin foto, con leerlo se ve y se huele.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Julito! Espero que te gusten más entradas del blog. Bienvenido :)
EliminarUn abrazo
me llega el olor a incienso y me provoca el mareo, como siempre.
ResponderEliminarsaludos
jaja Karin... cuidado cuidado. Es un olor intenso, de eso no cabe duda. Aunque suene mal decirlo me gusta que te llegue ese olor no-olor de mi haiku.
EliminarUn abrazo
Félix, he agregado otro haiku y también modificado el que me apuntaste.
ResponderEliminar;)
Ok, gracias por el aviso. Voy pa'llá! ;)
EliminarEmotivo y delicado tu haiku, querido momiji.
ResponderEliminarCon todo lo que sugieren y significan tales ofrendas.
¡Ojalá la buena voluntad de todos los hombres pudiera juntarse como ese humo...!
En silencio y en paz, como ese humo...
Otro gran abrazo, compañero.
Muchas gracias Juan Carlos. Hermosas palabras las tuyas. Ojalá ojalá, no creo que que sean tan diferentes al fin y al cabo las ofrendas, las plegarias, las penas o los deseos de los hombres. El mismo silencio, la misma paz, anhela nuestra corazón. El de todos nosotros. El mismo humo...
EliminarUn abrazo grande
Qué bonito...
ResponderEliminarLos tres versos dispuestos con la forma de algo que asciende al infinito y en el aire la unión, la comunión de las ofrendas procurando el encuentro con la divinidad.
El silencio del humo lleva las palabras, la gratitud, los deseos y la esperanza de tantos corazones...
_/\_ Sólo un espíritu sereno, vacío de ambiciones puede transmitir con tal simpleza lo que sus pares dicen en silencio.
Besos y abrazo apretadito...
Y qué bonito bonito tu comentario Mirta. Un muy bello aporte.
EliminarAlgo asciende sí, algo que no sé cómo definir o ni siquiera señalar... En ese olor, en ese humo... algo hay que une nuestro corazón con eso que habita más allá de nosotros mismos, algo que se funde sobre los tejados del templo, camino del cielo, directo a la nada y el silencio.
Muchísimas gracias Mirta, ese abrazo apretadito :D