nza que ve rocas en los bacalaos o deja que la luz nazca debajo de un corcho.
Este mundo es a veces corcho, pero del malo, que parece taponarnos una y otra vez lo que podríamos ser, lo que hubiésemos podido ser...
Qué desilusión... esa grisura que mide lo que separa lo que soy de lo que podría ser.
Es a veces tan insoportable y desesperanzadora como la felicidad de los esclavos.
Este mundo este mundo... es corcho, es rocío..
¿De verdad creo que la Luz puede nacer en un pesebre maloliente y abandonado? ¿Confío de verdad en que el Amor me salvará pese a mi terquedad? ¿Veré en mis ojos los ojos de alguien que ve? Que Ve.
Ahora mismo, aquí, está naciendo algo que no soy capaz de ver pero que "alguien" en mí sí intuye. Algo que sé, no sé por qué, me salvará del miedo y la opacidad de mí mismo.
Me está naciendo algo nuevo y hermoso, una luz, un suave silbo, como una pequeña ola, como un niño.
Mmmmmm, cómo me lío. Y es que es verdad. Sí, es bacalao. Y el corcho es corcho. Y las rocas, rocas.
Sí, es verdad. Es un acto de fe. Como vivir, como el brillo del sol en el rocío de la mañana.
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