Sabía que no estaría, pero aun así salí en su busca. La voz del sapo partero. El vuelo del vencejo. No sé por qué. Creería que estuviese aquí, el verano todavía. Acechando bajo la hierba que huele a humedad.
En el camino llegó la noche. La luna gibosa. La primera estrella.
Inevitable. Asomado al puente siento la inquieta presencia del agua que no veo.
Desde una granja “mamá” en la voz de una niña.
En mi boca, el frío aire de la noche.
¿Qué buscas adentrándote en la oscuridad? Entre los pliegues del agua. ¿Qué buscas, tú, alzando la mirada a la luz vertida sobre la hierba?
Aprecio la originalidad y autenticidad que aportas a cada publicación. ¡Gracias por ser genuino!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu generosidad. Eres muy amable. Un abrazo grande.
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