Creí que se me había olvidado. El mar. Cuánto me gusta el mar. Hasta que las olas, una tras otra, me lo han recordado.
Camino atravesando olas que llegan y se van. El reflejo de un sol que está y no está.
Creí que podía olvidar las cosas que amo. Hasta que tocan a mis pies. De pronto. Como pequeñas olas que podría saltar un niño.
Nubes pasajeras, vuelve la luz del sol recorriendo la orilla de la ría.
Tenía ganas de jugar con las algas que llevan y traen las olas. Las hermosas cosas que llegan del mar. El brillo de los pequeños fragmentos de concha, de los guijarros y el vidrio convertido en joya.
Lanzamos al mar basura y su hondura nos devuelve joyas…
Me gustaría ser algo arrojado al mar, a la incertidumbre y la distancia. Formar parte del viaje infinito. Hasta que el agua y la sal cambien la naturaleza de las cosas que me constituyen. Sin comprender nada. Volver pulido y limpio, brillando, dejado sobre la arena.
Sin poder olvidar jamás las cosas que amo.
Como niños jugamos a perseguirnos sobre la arena mojada. Hasta donde llega el mar. Hasta donde acaban las olas, pequeñas. Como niños.
Elsa Serra
ResponderEliminarMe has conmovido una vez mas y en esta entrega mas que nunca Momiji querido
El mar es lo que mas amo en la naturaleza
Naci en sus orillas y alli es donde quiero arrojen mis cenizas
Soy parte de su esencia,de su espuma ,de sus momentos de enojo y bravura cuando castiga sin piedad las rocas enclavadas Tambien de sus momentos de paz, aquellos en que en la serenidad de su andar acaricia la arena
Abrazo rnorme
Gracias Elsa, qué hermoso lo que cuentas. Creo que te entiendo muy bien porque a mí me pasa lo mismo. Supongo que los que hemos nacido a sus orillas llevamos el mar impregnando nuestro "almario". Cada cosa que hacemos o soñamos.
EliminarEs difícil de explicar. Pero sé que me entiendes :)
Muchas gracias de nuevo.
Un abrazo grande grande
Hermoso texto. Muy hermoso.
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