夕立が洗つていつた茄子をもぐ
yûdachi ga aratte itta nasu o mogu
el chaparrón la dejó limpia
y yo
arranco la berenjena
el chaparrón la dejó limpia
y yo
arranco la berenjena
Arrancarla no, he tenido que comprarla. El chaparrón tampoco, yo mismo he asumido el papel de dios de la lluvia con la inestimable ayuda del grifo.
Es curioso, pero Santôka y las berenjenas están unidos en mi subconsciente de una manera tan misteriosa como inevitable.
Quizá su oscura tersura, su plenitud redonda y llena. Su color...
Hay seres que dan nombre a un color. Ni negro, ni púrpura... berenjena. Color berenjena.
Santôka... color Santôka.
Surgidos de la propia tierra, sin más, brillando al sol tras quedar limpios con cada chaparrón.
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