El contemplar tiene algo de hipnótico. El mirar y el escuchar, el estar. Qué sencilla elegancia la del ser humano en el mundo cuando se le contempla en silencio.
Puro wabi-sabi la de los objetos usados una y otra vez en el quehacer diario. La invisible pátina de quien los usó con respeto y atención. Las cosas en el silencio de las cosas.
Un día. Mil. Del trino de los pájaros al canto de los grillos. Entre el ligero transcurrir de las nubes y el brillo eterno de las estrellas y los santos.
Maravilloso!!! -^-
ResponderEliminarCuanta paz y cuanta tranquilidad inspira este relato y este video.
ResponderEliminarHermoso! Gracias por compartirlo.
Un saludo