Ucero. En el río que nos mira. En lo salvaje, que nos hace.
Hay en la corriente algo que nos llama, que pronuncia nuestros nombres, nuestros verdaderos nombres. Hay algo en lo salvaje que traza las huellas de nuestro itinerario. Lo que somos. Lo que siempre hemos sido.
Un viaje a la luz de cada instante que se asoma al río. A su devenir. Al nuestro. Peregrinos de la nada. Del agua.
Junto al río… algo ha cambiado en el aire la tarde. Todo está aquí.
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