La fuentona de la anjana en Ruente, con su puentecito medieval (que por
su forma y tamaño parece fabricado por hobbits) es la surgencia no de
una fuente sino de un río entero. Todavía no se sabe muy bien por qué a
veces, y de manera totalmente imprevista, el gua deja de fluir, minutos o
incluso horas, hasta que reaparece sin más el río entero de golpe.
Cuenta la leyenda que es la anjana, bella ella y caprichosa como todos los elementales del agua, que la hace cortar a su antojo.
A esta hora, al atardecer, quizá puedas verla mientras se peina con
parsimonia su cabello si estás atento y sin pensar en nada... Niños,
poetas y enamorados tienen muchas más posibilidades (quizá las únicas
sospecho yo).
Nosotros de pronto vimos salir y volver a entrar en la
cueva de la anjana a un pequeño mirlo acuático ¡wow, cómo un destello
fugaz sobre el agua! Por un momento pensamos... ummm... ¿he dicho
pensamos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario