En mitad de la anodina tarde de domingo llegó ella.
Directa al tejado junto a mi balcón. Foto con el móvil, zoom, intento de macro... pero no, mi curiosidad pesa demasiado junto a esas alas, yo y mi móvil somos torpes mamotretos ante esos colores. Voló.
Justo cuando se fue, aún con sol, comenzó a llover.
Santander, 28-7-13
Hermoso momento, momiji.
ResponderEliminarTan fugaz como cargado de maravillas. Sólo un momento, tan vívido y frágil que el instante también es mariposa...
Gracias, amigo. Un abrazo desde este invierno austral.