Con él ha entrado en casa el olor de las montañas. En sus palabras, pocas, en sus silencios verdes el eco del aire que transparenta la soledad de las cumbres. Del Camino. Cansado y animado, diferente. Afuera la lluvia.
Subido en el murete junto a los magnolios digo adiós. Con señas le
indico que se siente en la otra fila de asientos. Se ve el mar.
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