Es realmente hermoso construir días así, a golpe (cariñoso) de generosidad de buen hacer.
Qué curioso el camino este del haiku, sinuoso como el humo de una ofrenda que se adentra en el aire. Los amigos que se juntan a su vera, al calor de su luz.
Qué sobrecogimiento ver tus haikus tomar cuerpo en el cuerpo de otra persona. Ver dedos ajenos recorrer los nombres propios, en el aire. Recoger ese algo, presencia de la ausencia, que acaricia y consuela el rostro... que se tiende sobre la tierra, y yace.
Respiro. Reojo un pedazo de todo el aire del mundo, y lo dejo ir.
Los amigos... si de algo sirve el largo camino es para recordar, revivir, los buenos momentos que pasamos con los amigos.
Me gustan los caminos largos y los buenos amigos. Me gusta mirar en silencio como a su vera los corzos salen ya a comer en las lindes de los campos, mientras cae la tarde, mientras el sol de invierno llamea hacia poniente deshaciéndose en mil tonos de rojo.