A la iglesia voy a cerrar
los ojos. A esperar. El canto de los pájaros es aquí tan claro... Las puertas abiertas... pero ¿de dónde viene realmente?
Una llovizna que va y
viene, mezcla de agua y nada.
Todo este silencio que
guarda la bóveda de piedra. Tenue luz. La soledad de mi corazón que aguarda... ¿qué esconden? ¿con quién hablan los pájaros cuando
callan?
Adviento. Con los ojos
cerrados la claridad de una luz que se acerca. La mañana. El abrazo primero de
un amigo que llega, de un hermano. El primer “te quiero” de quien ya me
esperaba sin yo saberlo...
Quisiera gritar. Al aire
libre, sin producir sonido alguno. Con
todas mis fuerzas.
Pienso de pronto. Pienso
sin saber por qué.
Encontrar en la soledad
de todos mi propia soledad. Que su silencio sea mi silencio.
Haikus de mis amigos. Una
lejana llovizna que cala sin mojar, hasta el tuétano. Mezcla de nada y
silencio.
Recuerdo un haiku del entrañable Jorge Braulio
La luz del alba...
Un cuerpo que encontró
ya su silencio
Primer haiku de un calendario de adviento extraño y salvaje.
Tendré que venir más... Este blog es una maravilla. Besos,
ResponderEliminarPues que así sea jeje. Y que lo disfrutes. Muchas gracias Susana.
ResponderEliminarBesos